(foto de aquiconfidencial.com)
Hace tiempo, Poochie y nos enfrascamos en una discusión acerca de cual ha sido el mejor partido de fútbol de la historia. Él mantenía que el Inglaterra – Alemania del Mundial del 66. Yo, por el contrario, afirmaba que uno de aquellos Barcelona – Atletico de Madrid que promediaban 9 goles de media, aquella época de los Romario, Caminero, Laudrup… La cosa ahí quedó. Y desde aquel momento mantuve mi opinión.
Hasta ayer.
No porque fuese un partido de mi Athletic. No porque el marco (quien quiera que pusiese el adjetivo «incomparable» debería recibir disparos en sendas rótulas) fuese el gran estadio de Old Trafford, campo de aroma de Champions League. Y no porque ocho mil valientes se plantaron en Manchester para hacer que el campo del United se convirtiese en una sucursal de la Catedral…
No. Todo lo anterior ayuda. Mentir sería innecesario Pero cuando tu equipo del alma pega un señor meneo a todo un Manchester United (vale, que no es el aterrador Manchester United de principios de siglo XIX) que, alucinado, veía como el gol de Wayne Rooney que le ponía en ventaja era remontado por tres golazos sucesivos de Llorente, De Marcos y Munian. Y no solo por el resultado, sino por la sensación de que lo mismo que al final fueron 3 goles, hubiesen podido ser 6. El portero del United, De Gea, se ganó la internacionalidad y mucha parte del sueldo al ser el muro con el que -casi todos- los intentos de los bilbaínos se estrellaron.
Y solo sería un ejercicio de vanidad egoísta al ver que el equipillo de tu tierra le mete semejante meneo a uno de los equipos punteros de la Premier y de Europa. Que todo el mundo (barcelonistas, madridistas, etc…) en twitter lo dijese te pone en una nube. Y si ya al ver las estadísticas de posesión no te hinchas, es que no eres del Athletic. Como único lunar, el penalty tonto cometido por el mismo De Marcos que provocó el 3-2 final que nos dejó un poco fríos.
El error del Manchester United fue regalar el balón y el campo a una «banda» (con todo el cariño del mundo) que se le subió a la chepa. Y de qué manera. El partido fue precioso, rápido, a ráfagas, chispazos de calidad rojiblancos y contras acojonantemente peligrosas de los «red devils». Una joyita que estoy por descargar y disfrutar, de vez en cuando, como cuando me pongo alguna de esas películas que he visto una y tropecientas veces. Porque fue el mejor partido de la historia. O por lo menos para mi lo fue.
Los trece leones que saltaron a Old Trafford ayer fueron: Gorka Iraizoz, Iraola, San José, Javi Martínez, Aurtenetxe, Iturraspe, De Marcos, Herrera, Susaeta, Muniain, Llorente, Toquero y Perez. Mile esker por hacerme disfrutar de un deporte que habéis embellecido con un partido corajudo, resuelto con brillantez, épica y garra. Por sacar adelante un encuentro al que se acudía como víctima propiciatoria de la mala temporada del Manchester United en la Premier y en Champions League. Por hacerlo, además, como un equipo y recordar la colectividad de este deporte, en esta época de figuras y destellos individuales. Gracias, de verdad, por hacer que hoy en Madrid, el sol sea un poco más rojiblanco de lo habitual.
(Editado, gracias, Poochie!)
Actualizo con chistaco escuchado esta tarde en Otra Movida: ¿En qué se parece el Athletic a David Beckham? En que salió de Manchester con la Victoria (BAdaBUMdish!!)