Paradise City 0.3
WHERE THE GRASS IS GREEN AND THE GIRLS ARE PRETTY
Sep
03.
Comentarios desactivados en Pong
Categoría: alcantarillado, basurero

Sigo vivo.

Still alive

No ha sido una buena época. El confinamiento y las circunstancias de la vida me han sentado fatal. El primer afectado, como habéis comprobado, el blog. Retomo para dar señales de vida y repasar el momento vital en el que me hallo.

Después de lo de mi aita, mis hermanos llevaron a mi madre a conocer Italia. Puede que fuera demasiado pronto, pero visto lo que ha venido después, creo que no hubo mejor momento. Ellos andaron por Florencia y Venecia y yo me uní a la compañía en Roma para pasar un fin de semana. Nada más que comentar.

Y digo nada más porque todos hemos vivido lo que hemos vivido: el brote de COVID-19 ha supuesto un antes y un después en nuestra cultura y sociedad. Comportamientos atávicos y costumbres arraigadas que hemos tenido que modificar, muchos sentimientos encontrados a flor de piel y la puta nueva normalidad, que ha supuesto, en la práctica, tragar con una serie de normas autoimpuestas que todo el mundo, yo incluido, nos hemos saltado a la torera a la mínima. Y noto un cabreo constante en el aire, como una nube de gas a la que solo le falta la más pequeña chispa para que todo estalle. Estamos más irascibles, más pendientes del cómo se dicen las cosas al verdadero mensaje analizado en profundidad.

Agreguemos a la ecuación un monstruito de 18-22 meses que ha perdido socialización, que no ha tenido más estimulación que la televisión y el caos diario de desordenar sus juguetes… Ella mal, pero los adultos de la casa no lo hemos pasado mejor: un trabajo sanitario en plena zona cero del brote en la región, el no salir, el ir pasando día tras día sin ver el final de la situación y el volver poco a poco a tener algo de vida exterior…

Todo suma. Ahora mismo la palabra «depresión» no es la adecuada. Es una especie de «pasotismo negativista». Una especie de visión de tunel donde todo, mires a donde mires, molesta, da por saco y no contemplas otro escenario diferente a lo ya vivido. Nos toca otro confinamiento por gilipollas.

Podría seguir. Y seguir y seguir. Estoy muy negativo. Permitanmelo. No veo demasiado halagüeño el futuro.


Jul
12.
Comentarios desactivados en Estancias Laborales
Categoría: alcantarillado

Siempre he escuchado atentamente las conversaciones acerca de los diferentes chiringuitos (físicos) laborales donde amigos, conocidos y antiguos compañeros de trabajo producen en el momento de escucharles. Hay una tendencia clara: Espacios abiertos, diafanos y muy claros, con detalles en colores estridentes, pero que no desentonan al ser eso, pequeños detalles.

Vinilo motivacional

Pongamos que nunca he sido demasiado afortunado con mis lugares de trabajo: el segundo y tercero, con mudanza de por medio entre ellos (realizada con mi ayuda gratuita, por supuesto, y con el peaje de ser la novatada de la primera vez), fueron dos zulos oscuros e infectos donde la limpieza y el archivado digital eran conceptos a descubrir. Lo cierto es que más el segundo que el tercero. Del primero también tengo mal recuerdo, pero por ser un anexo a un edificio histórico construido a base de acero y cemento. Temperaturas extremas en los meses de frío o calor.

A lo que voy es que esos primeros garitos eran lo que eran: oficinas pequeñas sin pretensiones: mesa y ordenador. No estaba el horno para bollos. Ni para gastos relacionados con la comodidad. Apurando, diría que casi los justos dedicados a los empleados.

El caso es que en un momento dado di un salto a la consultoría: Dos plantas en un edificio de oficinas. De lo comentado más arriba, únicamente existían los grandes espacios. Un recinto amplio, pero impersonal: seis o siete mesas para los curritos, con dos-tres puestos por mesa y dos despachos, uno para los gestores y otro para reuniones y conferencias. Nada destacable.

Y por último, ellos: Pasando de un despacho retirado en un edificio perteneciente a una gran empresa para siete personas, a un pequeño apartamento de 50m2 donde todos estabamos apiñados y la privacidad era nula, para acabar en una planta entera de un edificio de oficinas. Por decirlo finamente, y como encargado de la parte técnica, un espacio aprovechado de la peor manera posible en lo referente a organización, con mesas corridas donde, en un momento dado pudimos estar cerca de 70 personas. Con cerca de diez o doce equipos conectados a las mismas tomas de red y de electricidad. Pero me desvio:

Todo ello decorado espartanamente en un principio hasta que a alguien se le ocurrió colocar vinilos decorativos corporativos y paredes magnéticas para poner en funcionamiento esas técnicas visualmente tan atractivas de etiquetado de tareas. Vamos, un descojono de posits tirados por el suelo que nadie podía recoger ni tirar sin el consentimiento expreso de la cadena jerárquica, que igual abarcaba cinco personas, empezando por el técnico y ascendiendo desde el gestor hasta el CEO. Como suena. Visualmente, tenía un pase. Funcionalmente, un cero pelotero.

Ahora que empiezo a buscarme las castañas por mi cuenta con ánimo de crecer en algún momento dado, no me planteo una oficina chupimolongui, las cosas como son. En un primer momento, no, desde luego. Hay gente que me describe oficinas con figuritas frikis, consolas, billares, futbolines, cocina, comedor… Entiendo que una oficina no debe de ser un lugar hostil: la gente se va a pasar un tercio o más de su jornada diaria y el sitio debe cumplir unos mínimos de limpieza y organización. También deben ofrecerse una serie de servicios: No estoy hablando de un catering completo con un chef francés cocinando a todas horas, pero qué menos que agua, café y no sé, algo de comida sana.

Vinilos freaks sobre espacios diáfanos de cristal, con mobiliario moderno, con frases supuestamente motivadoras a lo largo y ancho de las paredes o billares y futbolines son cosas pretenciosas, un intento de emular a cierta empresa con un producto estrella denominado buscador. Lo que no se suele publicitar de esa empresa es que hay unas cuotas de producción bestiales, y que el uso de esos servicios accesorios para que la mente se evada por un rato es casi testimonial. Evidentemente, es una necesidad, pero con un sofá y una tele de uso de libre disposición creo que sería suficiente.

Quiero retomar lo de las frases motivadoras en las paredes: No es que me parezca una tontería. Solo que en ocasiones no son adecuadas. Pienso en un ejemplo extremo, pero lo voy a reducir a una circunstancia vital como puede ser un desengaño amoroso: Que te ocurra y al día siguiente, llegar a la oficina y leer la maravillosa frase de Paulo Coelho que dice que «Cuando deseas alcanzar u obtener algo en la vida, el universo conspira para que lo logres.» Personalmente, tengo un día malo y alguien me dice esa frase o me la encuentro por delante a tamaño de letra tipo folio y aplico la misma solución: gasolina y fuego.


Feb
06.
Comentarios desactivados en Fuego Amigo 1: Champiñón
Categoría: alcantarillado

Maqui, May, mirad que cosa más curiosa.

Champiñón se acerca por el rabillo del ojo. Todavía no manejo bien la jerarquía en el curro y dejo que Maqui otorgue la importancia necesaria a la petición. Por supuesto, nada de parte, nada de ticket, nada de educación cuando estamos atendiendo otro problema. Different place, same shit.

Fuego Amigo

Dime, Champiñón.

Mira.

Se agencia un PC, se loguea, abre internet (para ella y para el más del 80% de los lusers del chiringuito, abrir internet es pulsar el acceso rápido de Edge) y va describiendo sus acciones.

Abro internet, me voy a imagenes, busco cualquier cosa, la encuentro y cuando le doy a la imagen en cuestión para verla en grande, bloqueo el ordenador.

Efectivamente. La chica, con todo su cuajo, abre Edge, se mete en imagenes de Bing, introduce un término de búsqueda cualquiera y en el listado de resultados, escoge una imagen cualquiera. Y catapum. PC tostado. Frito. Me lo cuentan y no me lo creo.

Y claro, tenéis que entender que yo estas cosas las necesito para trabajar. Lo he intentado en varios ordenadores y todos los bloqueo.

Mi interés, que hasta ese momento se había mantenido en el estado de «Anda, mira, qué curioso…» se convirtió en un «PERO QUÉ COJ****S?!«. Esta personaje debe tener por hobby comprobar la tolerancia al dolor en genitales. Ajenos. Bloquear puestos por hacer mal las cosas. Miro a Maqui, movemos la cabeza en un movimiento de negación casi imperceptible y nos volvemos. Empiezo a hablar sin haberme girado por completo…

Mira, Champiñón… por lo que vemos, esto tiene pinta de ser un problema de la combinación de W10, Edge y Bing. Lo que tienes que hacer es…

Enmudezco de repente. Champiñón se ha desvanecido dejándonos (o por lo menos, dejandome a mi) con la sensación de haber amanecido en una novela de García Márquez. Realismo mágico 100%. No sé si ha sido una aparición. Miro a Maqui, quien, más acostumbrado a esto, se ha girado y ha seguido con la tarea que Champiñón ha interrumpido. Suspiro, saco el móvil y le escribo. No estamos solos, mi cabreo va en aumento a cada momento y no es plan de montar una escenita.

«Y COGE Y SE PIRA! (icono de cabreo)»

Maqui saca su movil, lee mi línea y suspira. Terminamos lo que teníamos que hacer y cuando vamos volviendo a nuestra cueva, me cuenta.

«Tienes que tener en cuenta que aquí la gente no quiere aprender.»

Coño, no es aprender. Contesto. Es un procedimiento para evitar que Champiñón, o quien sea, vaya bloqueando PCs. Algo tan simple como utilizar Chrome o Firefox y Google Images en vez de esa combinación tan tóxica ( bug documentado hace tiempo a M$, por cierto). Y que, de no haberse ido así de sopetón y sin avisar, ya lo tendría solucionado.

«De todos modos, habrá que enviar una circular a todo el mundo para que no hagan eso.»

Que si, perfecto. Vuelvo a replicar. Pero que me toca soberanamente los huevos que nos haya interrumpido una tarea para reportarnos esa mierda, que sepamos al segundo cero cómo solucionarlo y que no tenga, ya no la paciencia de quedarse, sino los santos cojones de pirarse como un puto fantasma. Porque seguirá haciendo que los PCs fallen como escopetas de feria. Y los reinicios de W10 en un Intel Core Duo II (el PC por defecto en la organización) podrían ser aceptados por Oficina Internacional de Pesos y Medidas como nueva unidad de tiempo superior al eón.

«Pan nuestro de cada día.»

Sentencia al fin Maqui. Ya lo dije. Trincheras Informáticas día si, día también.


Feb
15.
Comentarios desactivados en Decisiones Confirmadas
Categoría: alcantarillado, basurero, ira

Como supuesto experto en temas tecnológicos, muchas veces me encuentro en la tesitura de tener que recomendar a alguien algún software o hardware concreto que le resuelva la vida o se la haga más fácil en algún sentido concreto. Este es el 99% de las consultas que se realizan.

Pero quiero escribir acerca del otro 1%. Esas consultas que vienen ya maduradas y que lo único que pretenden es que un experto confirme que la decisión tomada es buena y que sería la que un verdadero profesional del gremio tomase.

Esas.

Espada Bastarda

Porque se convierte en un arma de doble filo. Ya sea como profesional o como relación personal, uno da su opinión. Si coincide con la que la otra persona tenía tomada, la cosa se olvidará hasta que el elemento en cuestión dé algún problema. En ese momento, la frase a escuchar será: «vaya puta mierda de _______ (rellenar) me recomendaste.» (O similar) La gente NUNCA reconocerá que la decisión fue suya y que acudieron en busca de un profesional en busca de confirmación.

Si este escenario ya es malo, la alternativa, que he vivido esta semana, es del género demencial. Atentos a la jugada:

Viene alguien a preguntarme por mi opinión acerca de un hardware. Y de una marca en especial. Yo nunca he trabajado con esa marca y, personalmente, hubiese elegido otras dos diferentes por delante. Por temas de servicios oficiales, consumibles y disponibilidad. Lo que hace a una marca. Simplemente mi opinión.

Pues hete aquí que la decisión de adquirir el hardware de esa marca que no me hace tilín ya estaba tomada. Por testiculina. Por que sí. Por que mi opinión no cuenta. Cuenta, simplemente, si coincide con la que se ha tomado anteriormente por otros criterios.

Y chico. Qué queréis que os diga. Para eso, personalmente, mejor ni preguntar. Yo me evito el cabreo, la otra persona no pierde el tiempo y aquí paz y después gloria.

¿Cabreo? Si. Porque ya me conozco esta historia e inmediatamente después de oficializar la compra de ese nuevo hardware, he pedido un descargo de responsabilidad sobre dicho hardware. Es decir, todo lo que sea hacerlo utilizable, seré el primero en ayudar y echar una mano. Pero en el momento que se joda (y se joderá. Por experiencias anteriores, sé que indefectiblemente, se joderá) como si la salvación de la humanidad depende de que yo meta mano en ese hardware. Que nos vamos todos al carajo: No sé. No tengo ganas. Y cuando se me pidió opinión, se pasó de mi criterio. Que lo arregle quien decidió.


Feb
05.
Comentarios desactivados en Cafeteras y Modales
Categoría: alcantarillado, ayuntamiento

(Han sido unas fiestas algo jodidas en lo familiar y la vuelta al curro ha sido interesante también. Pido disculpas por este periodo de silencio, pero cuando se juntan cosas con tanta intensidad, otras cosas pasan a segundo plano, como el blog. Sigo algo más vivo en twitter, pero más por la inmediatez y brevedad que por otra cosa. Es menos esfuerzo mental que el que requiere esta entrada, por ejemplo. Reiterar mis disculpas.)

Ayer fue un día que se anticipaba jaleoso. Ya desde la madrugada, cuando me levanté dándome contra todas las esquinas y cosas en mi ruta hacia el baño. Al llegar a la ofi, aprovechando que tenemos máquina de café nueva y hay promoción de café gratis, probé el capuccino. Pero no me despertaba ni por esas. Así que, a media mañana, recurrí a la cafetera que lleva en la ofi desde el comienzo de los tiempos.

Nada del otro mundo: un aparato con sus depósitos de agua y de café tostado en grano, que muele y orina el mágico brebaje. Con un pitorrito para calentar la leche (si apetece). Y que dependiendo del café que se haya comprado, pues hasta puede dejarte buen sabor de boca.

Cafetera

El caso es que cogí mi maravillosa taza-mug RTFM y me acerqué al office. Al primer vistazo me percaté que algo iba mal. Todos los pilotos apagados. Bueno. Alargo la mano y pulso el botón de encendido. Medio segundo después, reprimo el juramento.

El piloto que indica que el depósito de agua está vacío, encendido.

Soy de esa clase de personas que si YO soy quien vacía el depósito, tengo la decencia de llenarlo para la siguiente persona. Debo ser de los únicos, vaya por delante. Pero la novedad de ayer incluía que la persona que tuvo el «problema» (poner agua, manda pelotas) apagó el aparato. Y como así no hay pilotos de aviso encendidos, pues no hay problema.

Y este es el nivel. La gente es más perra que hecha de encargo. Aquí no se mueve ni $Deity. Ya no es que sea cosa que me caíga a mi por mi puesto de técnico de Sistemas (cosas que también van de oficio, vaya por delante). Pero joder, que estamos hablando de echar agua. O de tener la decencia de encender el aparato. Cosas básicas, convivencia, modales.

Esas cosas que se tienen que traer puestas de casa. Yo no educo. Puedo señalar un comportamiento poco educado. Una vez. La segunda vez con un punto de cabreo. La tercera vez ya no. Somos todos mayorcitos para saber qué es cívico o no. Se nace con empatía o no. Pero yo no soy la persona que debe fustigar a nadie. Ni en el curro ni en ningún lado. Me definieron el sucedido como clásica acción de niñato malcriado. Y no pude dejar de darle la razón: no es la primera persona de dentro y fuera de la empresa que utiliza esa expresión para definir según qué comportamientos.

Alguno puede decir que es una pequeña cosa. Pero es que todo se componen de pequeñas cosas. Si empezamos así, por reducción al absurdo, cualquier día llega alguno a apagar algún NAS (o puestos en el peor de los casos, un servidor, por ejemplo) porque resulta «que tiene algún problema». Y entonces me cabrearé a gritos. Porque según ese razonamiento, en el momento en el que un coche se quede sin combustible, deberían dejarlo en una cuneta. «Es que tiene algún problema.

En fin. Lo mucho que duele lo poco y lo poco que apuramos lo excesivo. Sean buenos.



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