Todo permanece hasta que cambia. La gran rueda sigue girando. Puedo tirar de tópicos una y mil veces. Pero no. Un año más. Un cumpleaños más. En retrospectiva, una serie de cambios que ya veremos como acaban. Para bien o para mal, ya se verá.
Pero como cumpleaños, uno más. Nada especial ni fuera de lo común. Una celebración familiar, mucho frikismo (camisetas, DVDs y comics) y poca gaita más.
El problema es que he tenido cierto asunto familiar serio. Nada definitivo, pero un primer toque de atención complicado de lo que viene siendo la condición humana. Un asunto problemático para una persona cercana a mí y un asunto problemático para otras personas que rodean a ese primer eslabón de la cadena.
Y el tema es que han venido rodadas una serie de situaciones en las que no quieres ponerte. Una de las cuales me ha hecho enfrentarme al hecho de que envejezco. Sé que suena bastante dramático, pero el encontrarte enfrente de tí a una versión tuya cuarenta años mayor me ha supuesto un bajón bastante serio en lo que se refiere a autoestima y perspectiva de futuro. Y como siempre, primer afectado, el blog.
No he tenido ganas de actualizarlo hasta aclarar un poco mi panorama mental. Afortunadamente, cuento con una costillita que no me la merezco, comprensiva, atenta y cariñosa. Y también cuento con una serie de personas a las que veo menos de lo que quiero, pero que nunca defraudan porque siempre están ahí.
Esos son los verdaderos regalos que la vida va poniendome en el camino, no los DVDs ni los comics ni las camisetas freaks.
Actualizaré pronto, prometo. Algo con chicha, espero.