Ya estamos de nuevo en Navidad. Está siendo una etapa extraña en lo laboral. Vivo por y para el trabajo. Incluso en estas fechas que he reservado una semana para subir al norte tengo pringue. Y no del escaso.
Pero a lo que vamos. Lo de siempre, primero: Pedir disculpas por el retraso en escribir. Ya digo que mi vida últimamente se reduce en ir de casa al curro y del curro a casa, y cuando llego a ambos sitios no tengo ganas más que de estar lo más tranquilo posible, cosa que solo en el hogar consigo hacer.
Lo segundo, ya sabéis. Felicitar las fiestas a todas aquellas personas que me rodean, con las que tenga contacto períodico, estén cerca o no. Se que a veces no lo parece, pero se os aprecia y se os hecha de menos. Un abrazo (pobretón, no me ha tocado la lotería, y tampoco soy de los que juegan mucho)