Cuando recibes una noticia, más o menos inesperada, mi reacción siempre es la misma. Quedarme sin palabras. Paralizado. Idiotizado. Procesando la información. Me va pasando un par de veces durante estas últimas semanas y es curioso.
Me quedo parado tres segundos. No porque sea una mala noticia, o porque me afecte especialmente (que tampoco es el caso). Simplemente, que hay personas que, no sé porqué oshcura razón, comparten conmigo noticias, vida, hechos. Y cuando lo que escuchas te alegra de verdad, ves sinceridad en todo lo que se cuenta y ya llevas un recorrido con esa gente, pues lo mínimo es quedarte un poco turulato. Y acto seguido, alegrarme.
Porque ya hay razones suficientes para deprimirme y las encuentro yo solito….