Mi referente de ciencia ficción siempre ha sido StarWars. Últimamente, debido a los abundantes tiempos muertos que dispongo mientras viajo a L, debo rellenarlos con algo. Sons of Anarchy murió para mí al acabar la tercera temporada ya que ese final era MUY dificil de superar. Ando algo mareadillo con Big Bang Theory entre los que llevo visto y los que echan en Neox, tengo que ponerme al día de nuevo. Total… entre pitos y flautas, no encontraba algo con lo que pasar el rato. Y entonces, con toda la movida de Los Vengadores y Josh Whedon, quise ponerme con uno de los pocos castañazos que ha tenido el hombre en su carrera.
Firefly se consideró un fracaso. Una serie de ciencia ficción con una ambientación muy western aclamada por público y crítica…. pero no especialmente apreciada por la Fox, que la canceló tras emitir unicamente su primera temporada. Las posteriores críticas y buenas ventas de los DVDs hicieron que Universal Pictures produjera una película donde cerrar la historia del transporte Serenity, de la clase Firefly, chatarra espacial que necesitan constantemente mecánicos a bordo dedicados en cuerpo y alma a su nave. Y de sus personajes.
Y hay que decir muchas cosas acerca de sus protagonistas corales: me he enamorado locamente de la candidez de Kaylee. Seguiría a Mal hasta los confines de la zona reaver. Envidio el amor entre el matrimonio Wash y Zoe. Envidio la relación de los hermanos Tam. Quisiera pasat una noche en el transbordador con Inara. Quisiera conocer la vida pasada del pastor Brook. Y Jayne… bueno. Qué le vamos a hacer. Es Jayne.
14 episodios. Una película. Siempre se descubre algo relativo al pasado de los tripulantes de la Serenity. Originariamente, nave de contrabando en la que el capitán Malcom Reynolds pretende estar al margen de la Alianza, bando ganador de una guerra civil interplanetaria, en la que Mal y Zoe, su segunda de a bordo, escogieron el bando perdedor. El resto de la tripulación lo componen Wash, un piloto algo excentrico, marido de Zoe, la inocente mecánico de la nave Kaylee y el materialista, pragmático, traicionero y egoísta mercenario Jayne. No como parte de la tripulación, si no en un transbordador auxiliar alquilado a Mal, se encuentra la «acompañante» Inara. Y en el primer episodio se presenta a una serie de pasajeros cuyas historias se entrelazaran con las de la tripulación de la Serenity y, en última instancia, con las de todo el universo: El pastor Brook y los hermanos Tam: el doctor Simon y la joven River.
Y todo ello dentro de un ambiente western. Así como Star Wars (la trilogía original) tenía un puntito de medieval (lo cual es curioso, porque Star Wars no deja de ser una revisión del mito de Arturo: El joven, la espada, el mago, Lancelot, la princesa-reina….) Firefly tiene un trasfondo de western: las armas, los trajes… a pesar de que las tramas se acercan más a Alien que a «La muerte tenía un precio».
Vamos, que altamente recomendable y disfrutable.. La pena, que no es más extensa. Y que la peli se hizo para dar carpetazo a casi todas las interrogantes que dejo abiertas el abrupto final de la serie. pero
P.D.: Los «abrigos marrones» era el uniforme del bando perdedor al que Mal y Zoe pertenecieron en la guerra intergalactica antes mencionada. Tras la cancelación de la serie, fue el calificativo que adoptaron todos aquellos seguidores no conformes con la decisión de la Fox. Y desde este fin de semana,, que he terminado de ver la serie + la película, cuentan con un miembro más. Ilustres abrigos marrones: Sheldon Cooper (8P), Orson S. Card (Escritor de El Juego de Ender) o Tracy Hickman (escritor de la serie de libros de la Dragonlance)
Firefly molaba un puñado. Y después hicieron una peli para «acabar bien» que se llamaba Serenity.
De todos modos, la FOX la cagó porque emitió los capítulos desordenados. Así no se hacen las cosas…