Paradise City 0.3
WHERE THE GRASS IS GREEN AND THE GIRLS ARE PRETTY

M nunca había estado en fiestas de Bilbao. Y este finde, aprovechando un evento común con amigotes, subimos para a) escapar un poco del calor axfisiante del centro peninsular y b) pasar el rato con una serie de personas a las que veo menos a menudo de lo que quiero. Además, de ser posible, pasandolo bien. Y eso hicimos. En un momento dado, tuve que dejarla al cuidado de unos otros conocidos comunes mientras se producía el evento principal, que incluía, aparte de las risas y el cabronismo habitual, grandes cantidades de comida y cantidades de vino y/o cerveza.

Vamos, que cuando quise recuperar la compañía femenina, había alcanzado ese estado que en mi entorno se llama «mágico». La cosa fue quedar en cierto punto más o menos reconocible, dejar a los compañeros de comida e irme a pasear por la Aste Nagusi. Y así fue, excepto por el hecho de que mis compañeros de comida quisieron saludar a M. Y si yo andaba mágico («gracioso y divertido» en palabras de M), mis amigos estaban ya en un estado superior. No ocurrió nada, pero fue curioso ver la cantidad de maná que había en el aire.

El caso es que paseando acabamos en el recinto de atracciones, barracas, circo… Y entonces lo ví. Máquinas de grúas, lo que en Japón conocí como «Ufo Catcher«. Y dentro de uno de ellos, Domo-Kun. Igualico que este, pero algo más pequeño.

Domokun

Tenía una moneda de euro suelta. Dos intentos. Bah, no tengo vicios. Y perder un euro tampoco es tan grave. Introduzco la moneda en la ranura, la grúa se activa y la desplazo con el joystick hasta el punto en el que considero que es la vertical del muñeco que me interesa. Espero a que la garra deje de balancearse y pulso el botón. La grúa baja, atrapa el muñeco y, para asombro de los presentes, no lo suelta hasta el punto de retorno. Primer intento, un muñeco. En la vida. M me mira ojiplática. Yo estoy con la boca abierta. Una idea cruza mi mente. Sereno no lo hago. El segundo intento va por lo que yo entiendo por lo normal. Fallo.

Bueno, por lo menos M está contenta. Seguimos andando. Nuestros pasos nos llevan a las cercanías de otro garito con grúas. Y de repente, lo veo. Peluche de unos 20 cms de diametro del pájaro rojo de Angry Birds. Voy a volver a intentarlo. Otro euro a la ranura. Y fallo. Consigo colocar la grúa correctamente, pero al cerrarse, no coge el muñeco. Segundo intento. Vuelvo a colocar la garra sobre el peluche y, visto el intento anterior, le atizo al botón sin ninguna fe. Y de nuevo, contemplamos asombrados como la grua coge el peluche y lo lleva suavemente y sin problemas al punto final.

No me crecí. Humildad, humildad ante todo. Pero ya la cosa pasó a mayores cuando M vió un oso amoroso y se le iluminaron los ojos. 2 euros era lo único que teníamos suelto y allí que fueron. Tres intentos. En el primero ya me olí lo que se me venía encima. La grúa estaba correctamente situada, pero no conseguía sujetar el cabezón del peluche. Segundo intento, identico resultado. Y en el tercero, sin ninguna fe, observamos como la garra si se cierra sobre la cabeza del moñeco, lo eleva y cae en la caja de recogida.

Un botín interesante… Lo que hace tener ganas de fardar…


4 Comentarios

  1. Narbbag dice:

    Que grande, eso si que es un golpe de suerte.

    Seguro que todos los que lo intentaron despues nada de nada.

    Malditas maquinitas de grúa

  2. Beni dice:

    Si, lo reconozco, íbamos muy mágicos!

  3. Arc4ng3L0 dice:

    No será otra historia de estas tuyas, de verdad o mentira?
    😛

    Siento la bomba de humo, tengo demasiada vida social. Me alegro por los premios.

    Un abrazo.


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Alterado por MaY & Narbbag