Entre pitos y flautas he dejado pasar unos días entre la carrera y la crónica. Primero, para variar, por causas ajenas a la organización resumidas en el clásico «marrón de pelotas en el curro» y segundo, para poner un tiempo de calma entre la inesperada victoria de Fernando Alonso y poder analizar (desde mi punto de vista) la carrera un poco más sosegado y menos mediatizado.
El mismo Alonso fue el primer sorprendido de su victoria en las calles del puerto de Valencia. Lamentablemente, no por méritos propios, por mucho que duela reconocerlo y por mucho que le fastidie a ese locutor que retransmite las carreras. Tres dramáticos golpes de teatro en una carrera es demasiado. Y cuando sales decimoprimero, y el hambre de podio se te presupone siempre, has de aprovechar todo lo que te caiga, está claro. Pero el coche de seguridad tras el accidente de Senna, las inexplicables averías de alternador de Grosjean y Vettel y el lamentable espectaculo (y van…) de los mecánicos del equipo McLaren en un cambio de ruedas para Hamilton sucedieron, para bien o para mal y el más beneficiado de ello fue Fernando Alonso, cuya mejor parte de la carrera fue, curiosamente, en la que adelantó en pista a 4 rivales en dos vueltas. (más abajo me extiendo)
Completaron el podio Kimi y Michael Schumacher. Con otro vencedor en la carrera se hubiesen escrito páginas acerca del «retorno» de ambos ex-campeones al cajón, pero yo me alegro por ambos: Schumi, porque el que tuvo, retuvo y la «cabezonería» (con cariño) por mantenerse en las carreras bien merecía un resultado similar. Y por Kimi porque hacen falta tipos como él acerca de los que hablar en el post carrera, porque una vez en el podio, y acabadas las formalidades, agarró la botella y ya no lo soltó, ni siquiera para la foto oficial antes del clásico remojón.
Los grandes cabreados de la jornada fueron Vettel y Hamilton. En el caso del alemán, vistas sus imágenes tras el incidente, en las tópicas declaraciones siguientes («Una decepción, No sabemos que ha fallado, tenemos que seguir trabajando en esta dirección», etc…) tenía pinta de estar tragándose un sapo toro africano, porque por cómo lo decía, sabía perfectamente qué, cómo y quien es el responsable de la avería, pero eso no se puede decir en público. Y un cero (abandono) a estas alturas, con todo el mundo atizandose por los puntos en un campeonato TAN igualado, puede ser definitivo a final de temporada. El segundo cabreado de la jornada es Lewis Hamilton. Vale que Maldonado le sacó descaradamente de la carrera en la penúltima vuelta, pero tanto las maniobras de ataque (de Maldonado) y de defensa (de Hamilton) no fueron demasiado elegantes. Además, el inglés ya estaba calentito por el enésimo fallo de sus mecánicos en el pit (vaya temporadita!) que le hicieron perder todas las posibilidades de llevarse la carrera….
Próxima carrera, en quince días en Silverstone. Ahora termino con los guantazos habituales, pero quiero añadir una nota más, a titulo personal: Una cosa es retransmitir una carrera, otra cosa es comentar una carrera y otra cosa es contar lo que te de la gana, como te de la gana y con una óptica totalmente parcial. Las imágenes de la grada haciendo gestos MUY feos mientras Vettel abandonaba son causados únicamente por la parcialidad con la que se vive la F1 en este país, donde solo puedes estar en una trinchera y no reconocer la valía y/o las victorias del resto de pilotos, por muy rivales del preferido de la afición que sea. Vettel o Hamilton no están entre mis héroes deportivos, pero son pilotazos como la copa de un pino, pero NUNCA, nunca, nunca les haré un gesto de «jódete y baila» mientras abandonan. Esta es la imagen que el domingo se dió al mundo. Y todo ello causado por las infames retransmisiones que llevamos padeciendo desde los tiempos de Telecinco. Y no tanto por las retransmisiones como por el locutor. He dicho.
EL BUENO: FERNANDO ALONSO: Cuando es otro piloto, también lo digo. Nadar y guardar la ropa es una virtud muy rara en este mundo. En los últimos tiempos, sólo el actualmente desapercibido Button ha sido capaz de ello con máyor o menor regularidad. Pero opino que actitudes como la mostrada el domingo por Alonso son lo que hacen que el deporte sea tan emocionante. Salir decimoprimero solo te obliga a una cosa, si de verdad eres un profesional motivado: atacar. Y eso fue lo que ocurrió. Y como se dice por ahí, la fortuna favorece a los audaces. Y con una pizca de suerte, enorme carrera de Alonso.
EL FEO: FELIPE MASSA: El dato es demoledor: mismo coche, 100 puntos de diferencia a favor de Alonso. Yo no doy un duro por la continuidad de Felipao en Ferrari. Es más, si continua, empezaría a pensar en pactos, favores y tratos sórdidos. Ya no es tanto puntuar para sí mismo como hacer de escudero para Alonso, restando puntos al resto de rivales. Pero ni para eso da el brasileño. Mal rollo.
EL MALO: McLAREN F1 TEAM: Los que si que van a empezar a practicar ritos vudús son los mecánicos de la escudería de Woking. Ni siquiera la promesa de cervezas gratis de parte del director del equipo funciona. Las paradas de Lewis Hamilton son una lotería porque siempre siempre siempre ocurre algo. Y por algo, se entiende que es algo malo que estroepa la carrera, más o menos decente, que llevaba haciendo Hamilton.
EL CRACK: ex-aequo para MICHAEL SCHUMACHER & KIMI RAIKKONEN: Lo he dicho antes y lo repito. Los campeones del mundo están para esto. Dar espectaculo y acabar carreras a poder ser en posiciones de podio. Me ha molado ver un podio de hace cinco-seis años hoy en día.