Si alguien ha entrado hoy al blog ha visto una entrada que no es esta.

Lo raro es que no me haya pasado antes. Desde que tengo el juguetito, siempre he opinado, reído y hecho el tonto desde mi perspectiva. Pero me acaban de soltar cuatro verdades bien dichas sobre lo que he escrito esta mañana. Y la principal, es que no se trata de MI circunstancia, si no de la de otra persona. Y desde luego, ciertas cosas no han sido escritas con sensibilidad, tino y acierto.

Es por eso que la entrada anterior pasa a otro estado, que no borrado, para que me sirva de recordatorio de que no puedo ser tan gañán, corto de miras y que hay que pensar las cosas antes de escribirlas. Sobre todo si el desencadenante es ajeno. No quiero que nadie que me importe tanto se sienta ofendido por nada de lo que diga, escriba o haga. Y si, es mi blog y me lo zumbo como quiero. Pero no está mal que  de cuando en cuando, se me recuerde que soy poseedor de una boca buzón que no alcanza comparación alguna.

Me merezco que se me llame esto y mucho más. Mis disculpas más sinceras a quien se haya sentido ofendido.