Vuelvo a estar en ese impasse de espera nervioso donde lo único que sé es que mañana me monto en un avión. Y dentro de dos semanas, vuelvo al punto de salida.
Insisto. Viajar es una inversión. Luego vuelves a casa y dirás lo que quieras acerca de que como en el hogar en ningún sitio. Me voy a meter 15 horas de avión, muy a gusto (cuando salga el aparato con la espalda como la ficha de Tetris que parece una zeta diré otra cosa) me voy a dejar gigas y gigas en fotos y lo que es más importante, voy a estar perdido entre gentes que no me conocen…
Así que ya saben como funciona esto. Me piro dos semanas y, aunque creo que ocasionalmente entre a Internet, no estaré muy por la labor de vigilar el patio, asi que os dejo al cargo… Voy practicando:
Watashi wa Ignacio desu. Sayonara.
¡Qué envidia! Yo también quiero ir allí.