Pues la única duda de este mundial se resolvió el domingo en el trazado japonés. Por lo menos, la única que tenía yo, que era saber donde renovaría título Sebastian Vettel, al que el tercer puesto conseguido en carrera le ha sobrado para ser campeón del mundo por segundo año consecutivo. Y en este, al contrario que el anterior, ha sido merecido y currado. Si, que pasa, sigo pensando que el campeonato del año pasado lo merecía Mark Webber. Bueno, pues eso, que tiempo habrá para analizar este campeonato del mundo y sus consecuencias. De momento lo importante, que es felicitar al campeón.
Pero la carrera en sí, aparte de verla entre sueños, nos ha dejado a un Jenson Button pletórico confirmando la recuperación de McLaren, al que les ha faltado tiempo durante la temporada. Si este coche hubiese sido así de eficaz unos cuantos grandes premios antes, igual la temporada de Red Bull ( y de Seb Vettel) no hubiese sido tan cómoda. Lo increíble del caso del inglés es que parte como segundo piloto por detrás de Hamilton y le está dando una lección de cómo conducir un coche sin maltratar ruedas, sin embestir a otros pilotos o atizarse contra las protecciones. Y sigue siendo el segundo piloto. Lo dicho: Increible.
Y ya digo que ver la carrera entre sueños no fue mi mejor decisión. La salida tuvo su puntito de tensión con ese cierre raro de Vettel sobre Button, más adelante, el drama de las ruedas que además de muchas paradas, provocó tensiones y ese encontronazo entre Massa y Hamilton (y van…. ) que provocó un coche de seguridad cuando Button iba primero con diferencia, reagrupando la carrera y añadiendo algo de interés. Y poco más.
En relación a Alonso tenemos otra muestra de que el piloto está por encima del coche, aunque hay que relativizar el hecho de que si Vettel no dió más guerra fue porque en cierto momento de la carrera el alemán empezó a pensar con la calculadora en la mano y vió que le daba lo mismo acabar tercero que segundo para alzarse campeón. Y por eso no atacó al Ferrari. En cuanto a Jaime Alguersuari, pues otra vez sufrió las consecuencias de un circuito poco favorable para su Toro Rosso y anduvo arrastrandose por las posiciones traseras con más pena que gloria.
Y la próxima este domingo 16 en el circuito de Corea… creo que toca madrugar again…
EL BUENO: JENSON BUTTON: El inglés es, en mi opinión, de lejos, el piloto más fino de los equipos que están ese paso por detrás de Red Bull. Siempre he mantenido que un piloto es tan bueno como el trato que da a sus neumáticos, y en circuitos como Suzuka, que parece que están asfaltados con lija, Jenson dió muestras de que sabe conservar goma para los momentos en los que es realmente necesaria.
EL FEO: LEWIS HAMILTON: No por nada, pero es que siempre está en todas. Siempre que hay un toque, una salida de pista, un adelantamiento por lo criminal o lo civil, ahí es donde aparece el McLaren tanqueta de Lewis. Y claro, luego me diréis que le tengo manía, pero es que a 200 kms/h debería pensar en lo que hace. Si no es por los demás, por lo menos por él. Vale, da espectáculo, pero el día que ocurra algo, todo el mundo se echará las manos a la cabeza y dirá: «Pues se veía venir…»
EL MALO: PIRELLI: A ver, que no quito que la temporada está siendo emocionante por la disparidad de los compuestos que llevan los italianos a las carreras, pero es que estamos en un punto en el que si unas ruedas no aguantan (ojo, no que «no duren) más 10 vueltas siendo un compuesto de los denominados «duros» estás jugando con la seguridad de los pilotos. Vale, es su primera temporada, y les salva de un palo mayor, pero lo de los neumaticos en las lonas no debe convertirse en costumbre.
EL CRACK: SEBASTIAN VETTEL: Pues eso, que todo dicho. Bicampeón, con un carro que vuela y, de momento, mientras Adrian Newey quiera, sin nadie que le haga sombra en un futuro próximo. Suena a topicazo, pero el año que viene se presenta interesante. Desde mi óptica, principalmente por saber si serán capaces de repetir alguna jugarreta alegal como la de los escapes soplados y si sus rivales (McLaren, Ferrari, Mercedes o Renault) son capaces de ponerse a la altura. Ferrari y Renault, principalmente y por simpatías personales.