Llevo una temporadita en la que todo el mundo me resalta lo buen amiguete, persona, profesional o «rellenar con lo que se quiera» que debo ser. Cosas que deberían hacerme sentir en un nube, pero que al final quedan en nada debido a cierto intercambio de palabras con más gente que acabó en insultos en mi dirección.
Nada, que no consigo sacarmelo de la cabeza. Si, visto el tiempo que ha pasado ya sé que no debería darle más vueltas, pero tal y como soy yo, doy más importancia a las críticas que a las alabanzas. Estúpido cerebro…
(Que os veo venir… no quiero comentarios de ánimo ni demás. No estoy embajonao ni mucho menos, pero simplemente hay veces que toca echar la vista atrás y ver estas cosas, gusten o no gusten)