(Inauguro sección. No, ya veis que aquí no nos afecta la ley electoral. Bueno, pues eso, que aquí empezaré a desgranar mis comentarios sobre los juegos a los que he jugado. Todos de PS3, que para algo es la consola que tengo. Que sea para bien)
Si, habéis leído bien. Un juego que se lanzó como acompañamiento para la bestia parda de las consolas en 2007. El pack Uncharted + PS3 barrió en ventas. Y como por aquel entonces yo carecía de pasta y motivación, pues fue un lanzamiento que me perdí. Pero me quedé con la copla de que la prensa especializada y los jugones de pro lo ponían por las nubes. Y hará cosa de un par de meses ví en lanzamientos Platinum (la serie barateja de juegos que se vuelven a poner a la venta para liberar stock) ambos Uncharted. Y me los llevé conmigo. (Mis opiniones sobre el segundo también las compartiré)
Lo primero, el argumento. La idea del cazador de tesoros que debe resolver puzzles mientras pega tiros puede sonar a manida y requetetrillada. Pero, en mi opinión, Nathan Drake, el protagonista, no es más que una puesta al día -perdonadme la herejía- del personaje de Indiana Jones. Un buscatesoros socarrón, con escrúpulos escasos o nulos en relación a las reliquias que consigue pero con un corazón de oro, con una tendencia muy alta a meterse en lios y que, las más de las veces, se toma la decisión equivocada. En la búsqueda del tesoro del corsario Drake, su descendiente encuentra que, además de gente con menos escrúpulos que él, dicho tesoro esconde una maldición muy oscura.
Bueno, pues que nadie espere un Tomb Raider al uso: aquí no hay saltos elegantes, acrobacias, curvas de portada de revista y munición infinita. Digamos que no sobra, y que tampoco falta. Es decir, que mientras no hagamos el kamikaze y aprovechemos las coberturas que nos proporciona el terreno, la munición no es el mayor de los problemas. Pero eso si. Visto el «body count» del juego… Nathan Drake debería ser catalogado como genocida, por el número de personas que se carga a lo largo del juego. Pero al lío. Los puzzles son entretenidos, las secuencias cinemáticas in game son una delicia (y es donde se ve como Drake comete los errores que antes comentaba) y los tiroteos, en ciertos momentos, tienen un punto de dificultad encabronante.
Las pegas: es un juego de la primera generación para PS3. Es decir, que en ciertos momentos se convierte, básicamente en una demo de las posibilidades técnicas del aparato. Sombras, luces, modelado de objetos secos y mojados… y eso se pierde en jugabilidad, en mi opinión. Porque algunos movimientos parecen forzados, sobre todo en las secciones de bosque. Y que las primeras veces que sigues caminos obligatorios (escalando) te queda una sensación de que los movimientos, a pesar del doblaje (muy bueno, por cierto), son parte de una coreografía ya marcada y que no tienes opción a salirte de ella. Vamos, que por ese lado chirría.
Pero como dice un amigo mío, parece que los guionistas han dejado el cine para centrarse en el mundo de los videojuegos. Y la historia, aun no siendo nada no visto ya en cualquier peli del tipo «arqueologo, búsqueda, mito, chica y tiros» atrapa. De tal manera que los defectos pasan a un segundo plano y te centras en conseguir que los malos no se lleven ni el tesoro ni a la chica.
Es verdad que ahora éste juego está un poco «out» de la movida, pero revolucionó todos estos juegos que mezclan aventura y acción -al estilo Prince of Persia- que ahora abundan.
Eso sí, el Uncharted 2 es mucho mejor.