Llevo manteniendo desde hace una temporada que una de las grandes rémoras de este país en cuanto a aprovechamiento laboral es la gran cantidad de mandos intermedios sin aptitudes para la dirección de grupos de personas. Parece que la única manera de motivar al personal en la empresa española es ascender a un sujeto brillante en su desempeño, subirle el sueldo y asignarle responsabilidades de dirección sobre uno o más subordinados. Así. En frío.
Porque si yo soy el faquin crac en mis tareas, prefiero seguir haciendolas. Reconocemelo subiendome el sueldo, pero no me des más responsabilidades en un campo que desconozco y para el que, probablemente, no esté preparado y no sea, desde luego, el más adecuado. Un amigo mío conoce a un técnico de HP holandés que tiene 55 años, 3 hijos y una señora casa que se levanta 60.000 euros al año. Si, has leído bien. TÉCNICO. Debe ser el gurú de las impresoras. Conoce al dedillo cada parte hardware y software de los circuitos de cada modelo de HP. Insisto otra vez. TÉCNICO. El hombre vale, es bueno y le han ido subiendo el sueldo PERO SIN DARLE NINGUNA OTRA RESPONSABILIDAD.
Compárese al caso base nacional y los comentarios que suscita. En primer lugar, si tienes 55 años y te levantas 60.000 lereles del ala, «estarás haciendo algo ilegal«. En segundo lugar, si tienes 55 años y no has ascendido en la empresa, «pobre, no ha desarrollado su carrera profesional«.
Pues primero, trabajo en lo que sé y me gusta y no es ninguna actividad delictiva. Y segundo, no habré desarrollado mi carrera profesional, pero con 60.000 lapos al año, me la sopla bastante el haberla desarrollado o no. Esa, esa es la manera de motivar realmente a un trabajador. Claro, que si a mis tareas habituales de técnico, me encasquetas el organizar el trabajo de la gente nueva que entra, las reuniones que yo convoco y, evidentemente, la formación que debo impartir a todas aquellas personas que me lo soliciten para difundir mi conocimiento.
Y claro, por ahí algo no funciona. No soy gestor, no soy jefe, no soy formador. Puedo, en casos excepcionales, dedicar parte de mi tiempo a realizar alguna de sus tareas, pero no es por esto por lo que estoy trabajando. Porque tampoco quiero perder el foco. Y en este país abundan los programadores (por ejemplo) reconvertidos a gerentes porque no existe otra manera de recompensar su valía. Pero eso, y las empresas que lo permiten y aleccionan, es harina de otro costal.
Pues va a ser que no estoy de acuerdo.
Conozco varias empresas en las que precisamente hacen eso, subir el sueldo y no la categoría. Aunque parezca que no, las evaluaciones anuales a veces si que sirven para ver a que aspira la gente. Y por otro lado, mejor nos iría a todos si los mandos intermedios hubieran empezado picando desde abajo y supieran lo que tienen entre manos…