Assasins Creed me gustó. No solo por el modo genérico de juego (arcade de infiltración con toques de sandbox -mundo abierto-) sino porque revisita hechos, personajes y lugares históricos de una época no demasiado clara para casi nadie como puede ser la Palestina de la época de la primera Cruzada.
Claro que el juego no tenía demasiada miga. Una vez cogido el tranquillo al parkour del protagonista, a los escondites y al «low-profile» que exigen todas las acciones, el juego se volvía metódico: atalaya, misiones secundarias, nueva atalaya, recoger banderas, misiones secundarias, cagarla, huir, mezclarse con la gente y misión principal. Entretenido. Pero sin mucha más pretensión. No ayudaba el hecho de que tuviese mala prensa debido a ciertos fallos críticos, pero el hecho es que el comportamiento de las multitudes para/con Altair era algo nuevo y nunca antes visto. Y los pioneros siempre pagan un tributo. En este caso, en forma de errores.
El caso es que hace cosa de cinco o seis meses me regalaron el Assasins Creed II. Con la caja en inglés. Vamos, que tenía miedo a perderme la trama de la segunda parte porque aunque controlo de inglés, mi dominio de la lengua de Chespir no es todo lo bueno que me gustaría.
Hasta este finde. Resulta que me he acabado un par de juegos que tenía por ahí colgando y me apeteció coger el AC2, a ver por donde tronaba. Y ya la primera pantalla, con los títulos y textos en castellano me moló e invalidó mis miedos a no enterarme del argumento, ya que podría leer los subtitulos. Cuando vi la primera secuencia animada y escuché las voces en castellano, dí saltos de alegría. Y cuando, una vez superado el tutorial y controlas a Ezio como asesino… bueno… estuve a punto de arrodillarme y llorando, dar gracias a Crom por el pedazo de juego que estoy disfrutando.
Porque a la experiencia del título anterior le han añadido un sistema monetario para mejorar tus habilidades, puedes contratar a grupos de secundarios para que colaboren contigo y la época y la región históricas vienen explicadas de tal manera que recorriendo el mundo renacentista (Florencia, Venecia, la Toscana) existe una base de datos ingame que te permite conocer los datos ficticios y/o reales de la localización. Vamos, coño, que entre asesinato y asesinato, pues aprendes algo de geografía e historia.
En fin, resumiendo. Un juegazo. Muy probablemente me coja la tercera parte, porque joyitas como esta molan que te cagas. Y no me duele pagar por ellas.
El Assassin’s Creed II (y la Hermandad) son dos juegazos. El problema del II es lo que yo comenté sobre el juego que te lo dan mutilado. Así que los penúltimos capítulos, o pagas, o te jodes, y no te enteras de nada.
Pues espera a recopilar todos los recuerdos del otro sujeto. O a llegar a LA REVELACIÓN (así, con mayúsculas). El final de este juego es uno de los mayores WTF de la historia.