Alguno pudo leer en twitter mi acontecido de la noche. Básicamente, a un niño de mis vecinos de los pisos superiores de casa de mis padres le dió por jugar con una bengala en el balcón. Y resulta que no tuvo mejor ocurrencia que lanzar el resto del aparato SIN APAGAR por el balcón, con tan mala suerte, mala fortuna y mala follá que aterrizó sobre un tendedero de ropa y …

Vamos, que os imagináis el resto. Quinto, cuarto y… tercero. Estaba yo en el baño haciendo … bueno, no añade información a la historia, pero el caso es que escuché a mi madre y mi hermano palabras sueltas, tales como «fuego», «balcón», «gas»… dos segundos después, tras haber atado cabos (y subirme los pantalones) salí disparado del baño para ver restos de ropa ardiendo cayendo sobre el tendedero de ropa de mi casa. Y, lo que más me interesaba preocupaba, empezando a pegar fuego a nuestra ropa.

Mi madre, con ataque de nervios. Mi hermano, llenando el tupperware más grande que encontró y saliendo al balcón a apagar lo que buenamente podía. No tengo alma de héroe. Nunca hubiese sido ni Leonidas ni siquiera uno de los 300. Pero curiosamente, tuve la lucidez necesaria para pensar que quieto no hacía nada y recordar que el cubo de la fregona estaba en el baño. Y deshice el camino de la ida. Llené el cubo y salí al balcón. El resto de vecinos ya estaba echando agua por sus balcones, pero mis ataques fueron más directos y lo que era un conato de incendio pasó a ser un par de rescoldos y mucho humo.

Volví al baño, llené el cubo de nuevo y cuando me presenté de nuevo en el balcón, solo tuve que apagar un par de rescoldos más. Vamos, que heroico, digno de portadas y demás no fue. Pero lo mejor fue cuando, una vez controlado el asunto y dedicandome a mover restos de otros tendederos, el resto de vecinos seguían echando agua. Calándome entero. A tres-cuatro graditos de temperatura exterior. Vamos, la risión, hoyga. Total, que oliendo a humo, con la cena a medio digerir, medio aterído de frío y después de haber bajado la basura con los restos de nuestra ropa que no conseguimos salvar, me tuve que duchar… a eso de las doce y media de la noche.

Así que nada, por una vez, me autodedico Hero Of The Day, de Metallica

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Y en pequeño homenaje (y broma privada con el señor Proletario…)

¡Si celebra así la Navidad, yo no me pierdo Año Nuevo!