Nunca me cansaré de repetir la suerte que he tenido (y tengo) con la gente con la que me he tenido que juntar por obligación a lo largo de mi vida. La gente del colegio, los compis de la carrera y los colegas del trabajo. Esas personas con las que pasas mucha parte de tu vida solo porque compartís la actividad principal durante cada una de esas etapas.
Y son cosas de las que te das cuenta cuando, por la razón que sea, las despedidas te ponen un nudo en la garganta. No porque no hayan hecho nada especial, sino porque se comprende la evolución lógica de las personas durante la vida y, aunque hayamos compartido poco tiempo, se ve que estás en un grupo de gente legal y decente y que te da penita perder el contacto.
Pero es que así son las cosas. Y visto lo visto, tengo que reconocer que estoy teniendo una suerte loca con la gente que me encuentro en mi desarrollo profesional. Y es que por lo visto, creo que todo el mundo tiene interiorizado la frase de Winston Churchill de «O perdemos juntos o nos dan por saco por separado». Bueno, igual la frase no es así. Pero el sentido está claro: mejor llevarse bien porque tenemos responsabilidades conjuntas y es mejor afrontarlas en comunidad y de buen rollo, que estar cada uno a su pedo.
Así que nada, a ver que es lo que me depara el futuro. A tí, si has compartido actividad laboral y/o vida conmigo, te dedico la canción del post de hoy. Si no, escuchala igualmente. Por lo menos, no te arrepentirás.
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Gracias por la canci
Vivir juntos, morir solos, que decian en perdidos 😛