Los habituales del site anterior ya saben lo que me ocurrió a mediados de junio. Para quien le pille de nuevas, paso a refrescarlo porque la entrada de hoy hay que ponerla en contexto y si no se explica, la cosa pierde. El caso es que hasta esa fatídica noche de junio, mi terminal de móvil era un HTC Tattoo bastante resultón y molón -que te cagas-, autoregalado en Navidades previo pago de 60 lebros y todos los puntos habidos y por haber en mi contrato de Naranjito.1
Y estaba feliz, por disponer de un terminal Android molón y con una tarifa de datos de 12 lebros mensuales bastante atractiva. El caso es que el día de autos, salí a cenar con dos amiguetes por una zona bastante céntrica de Madrid en un una hamburguesería que nos habían recomendado. Suelo salir de casa con un bolsito donde introduzco llaves, bolígrafo, iPod, funda de gafas, etc… pero esa noche dió la enorme y puñetera casualidad de que no me apeteció sacarla. Mientras comíamos, el móvil se me clavaba en la entrepierna. Lo saqué, lo dejé encima de la mesa y seguí comiendo felizmente. Y en esto que aparece el más sarnoso y piojoso de los rumanos 2, con un papel en el que narra que, como su madre no estaba segura de quien le pagó la noche que le concibió, ha desarrollado una sífilis terciaria que le afecta a sus capacidades reproductoras. Y que a ver si le pagamos parte del tratamiento.
El caso es que el rumano de las pelotas hizo caso omiso de las blandas amenazas del camarero para que se fuese, y tras poner el papel en cuestión encima de mi móvil, con la otra mano lo arrampló. Y allí me quedé yo, con cara de gilipollas al descubrir el pastel media hora despues. El caso es que, resumiendo para centrarnos en la historia que ocurrió ayer, he tenido que usar mi viejo N81 para seguir comunicado con el mundo, porque entre pitos y flautas, la cosa me salía muy cara.
Vamos, que retrocedí cuatro años en mi avance tecnológico. Y ayer, comentando via GTalk con mi querido Parásito Proletario (corregido) la remota posibilidad de agenciarme un HTC Magic del que querría deshacerse en un futuro no muy inmediato, dió la casualidad de que mi twitter zumbó con un mensaje retuiteado de una tal @barbaralopez que quería vender un Nexus One.
Ví el cielo abierto. Vale que en estas cosas no suelo salir victorioso, pero coño, por una vez me apetecía intentarlo en serio. Además, es una terminal golosa y el precio de compra me parecía adecuadísimo. Así que tras llegar al rush final de la competición (en menos de veinte minutos), Bárbara me comunicó que el cacharro tenía mi nombre y que podríamos quedar ayer por la tarde en Madrid.
Quedamos (gracias de nuevo, Bárbara. Aquí tienes un amigo para lo que sea), lo ví, me convenció, pagué y aquí ando. Como niño con zapatos nuevos. Recuperando el estatus tecnológico que perdí hace tres meses. Convencido de que, al final, el karma ha girado una vez a mi favor. Que si, que la culpa de que me robasen el Tattoo fue mía. Lo admito. Pero lo que fue mala pata y un descuido inocente no merecía tanto castigo. No por la terminal en si, que bueno, sí, gracia no me hizo. Pero el andar bloqueando la tarjeta, conseguir un terminal nuevo, llevarme un patatús al enterarme del preciete de un Tattoo nuevo, desbloquear la nueva SIM y recuperar los teléfonos de todos los contactos fue lo que realmente me mató.
1 Digo Naranjito para que todo el mundo sospeche de la compañía de la que hablo sin llegar a mencionarla directamente. Me han decepcionado en el trato al cliente primero, y después, en que solo miran el contrato, no a la persona que lo paga. Estas son las cosas que hace que la gente se cambie de compañía de móvil, por mucho que te digan que en el resto de operadoras también lo hacen. Si, gracias señorita operadora boliviana. Me lo imagino. Pero el resto de operadoras TODAVÍA no me lo han hecho. Ese es el matiz.
2 Que me perdonen los rumanos y que me perdonen todas aquellas personas que tienen la mala suerte de tener que ir pidiendo por las mesas de bares y cafeterías. Porque a partir de ese momento, cada vez que presiento y/o detecto a uno, acerco las posesiones que pueda tener desperdigadas por la mesa, pongo mirada de odio e intento mantener la línea visual con esa persona. Que pagan justos por pecadores, ya lo sé. Pero también sé que, tan seguro como que mañana amanece, no me vuelve a ocurrir la del móvil. El problema de haber sido confiado es que siempre hay alguien que se aprovecha. Bueno, pues a partir de ese momento, haré lo que pueda para que nadie se me acerque a pedir nada en bares o restaurantes.
Felicidades de nuevo, me das mucha envidia sana, pero en realidad en ese momento gtalkeabas conmigo, no con Parasito, que esta a cienes de km de aqui y lo que menos quiere es chatear con nosotros en sus vacaciones… 😛
Felicidades por la compra. El Nexus es mucho mejor que el Tattoo, asi que hasta has mejorado con respecto a antes del «incidente».
Yo disfruto desde hace tres semanas de un Samsung Galaxy S, también Android y estoy que flipo con el cacharrito.
Salu2.Tr0Y
Otro con móvil para pijos, grrrr.
Yo llego unas semanas con el/la Desire y estoy encantado. En la próxima comida intercambianos experiencias.
Señores que critican el Iphone4 y tienen un MacBook 😉
pssss…. el MacBook es una herramienta cojonuda para fotos y lo tengo casi exclusivamente, para eso. Para trabajar es, básicamente, un dolor de huevos. Como su hermano pequeño, vamos…. xD
LoL!! Señoritas que empiezan a adorar la expresión «pssssss»