La razón por la cual ayer no hubo crítica de la carrera de F1 fue que tuve que desplazarme a una ciudad vecina para acudir a un funeral. Vale, no es la circunstancia más agradable para tener que moverse y, de haber sido en día laborable, hubiese tenido que excusar mi ausencia.
Pero una de las personas más cercanas a mí necesitaba compañía. Y a pesar de que nos plantamos allí 9 familiares (algunas después de más de 4 horas de coche), creo que no se echó de menos a nadie y tampoco nadie sobraba para apoyar a dicha persona, nexo de unión entre gente muy desperdigada por el mundo. Lo dicho, marrón social, pero necesario totalmente. Una muestra de unión y afecto entre familiares.
Pero lo siento. Mi sensación de satisfacción por ver a una familia unida como $deity manda se vió empañada por la celebración religiosa que acompañó el acto en sí. No voy a decir nombres y que cada cual saque las conclusiones que quiera, pero vaya por delante que lo del director de dicha ceremonia rayó el fanatismo. Vale que en plena Castilla profunda todavía queden opiniones como las que el señor conductor del acto mantuvo. Vale que las mantenga y exponga. Pero por lo que no paso es que, viendo un recinto abarrotadísimo, por circunstancias más o menos dolorosas, el hombre se lanzase sobre un discurso retrógrado (utilizar el término facha sería pasarme un par de pueblos) y bordeando la delgada línea roja que separa fe de proselitismo.
Y esa no es mi idea de una organización que, se supone, tiene el poder de dirigir los designios (y el futuro) de millones de personas en base a lo que crean o dejen de creer. Es por eso que estoy intentando des-personalizar el objeto central de este post. Tengo mis creencias y mis opiniones. Pero nunca, repito, nunca, se me ocurriría soltar un mítin sobre ello aprovechando que tengo un auditorio repleto porque haya muerto alguien.
Ojo. No estoy generalizando. He visto conductores de ceremonias similares hacer lo que se supone que debe hacerse (o por lo menos, lo que yo entiendo que debe hacerse): Una semblanza de la vida del fallecido y confortar a la familia, entendiendo que al final, los que permanecen son los vivos y son ellos de los que hay que preocuparse. Por eso digo que ayer mi asombro alcanzó cotas inimaginables cuando el discurso tomó un rumbo tan extremista. Y más me sorprendí cuando entendí que esas cosas eran lo normal en la ciudad que nos ocupa.
(Vale, he rascado un tema polémico. Lo sé y lo admito. Pero esto no se va a convertir en un mercado de verduleras donde todo cristo va a trollear a gusto. Queda a mi criterio, como dueño y señor absoluto del blog, decidir qué comentarios saldrán a la luz y de qué manera. Asi que, vaya por delante que todos aquellos que se pongan a faltarme por considerarme un descreído, un miserable, un actor porno, un comunista… no tendrán su comentario publicado. Gracias.)
A mí me pasó exactamente igual en el funeral de mi abuelo y no te puedes imaginar el cabreo que enganché. No era el momento ni el lugar.
Déjame adivinar: se puso a hablar de alguna tontería tipo la nueva ley del aborto, ¿no?
Parece que hay curas que saben que a esas ceremonias va gente a la que no vería ni en pintura dentor de una iglesia en otras circunstancias (entre otras cosas, precisamente por tomar esas actitudes) y se dedican a predicar lo más salvaje que tienen cuando hay «público nuevo», sudándosela cuales sean sus creencias y si están ahí por ser católicos o solo por acompañar a la familia/amigos. Yo he estado en dos bodas en las que el cura se puso a despotricar sobre las parejas que viven «en pecado» (la cara de coña que ponía mi padre, junto a su novia, mientras lo decían, era impagable. No es tan fuerte como loque te pasó a tí (decir sandeces dogmáticas cuando lo que la familia busca es consuelo me parece una BARBARIDAD), pero vamos, que así se demuestra la calidad de esa gente. Y por qué cada vez más gente va dejándoles de lado. Enlazando con esto (que ya está quedando hipertocho), Anne Rice, Cristiana «renacida» ha dejado la Iglesia por sus actitudes anti-gay, anti-aborto, anti-feminismo, y anti-lógica común. Y eso que últimamente solo escribía biografías de Jesucristo…
Y perdón por el tocho.
@lore: El problema de estar tres palmos por encima del público presente es que no hay derecho a réplica. Y en tu circunstancia, más, al ser familia. Déjame adivinar… pueblo de Castilla profunda?
@Xa-El: Perdonado por el tocho. No, el tema no fue el aborto. No quiero entrar en detalles, pero por decirlo finamente, era un compendio de actitudes y proclamas dignas del siglo XV. Cosa que me parecería estupendo si estuviesemos en una reunión semanal ordinaria, donde el director habla de lo humano, lo divino y de lo que le sale del cimbrel. Pero en un entierro, por muy traído que venga, pues no. Porque al final, pone a una organización por delante de las personas que la forman. Y no era ni el momento oportuno, ni el público adecuado.
Bingo para el caballero. Y lo peor es que he estado con ese tipejo (que no quiero aquí poner algo peor) en otros entierros y ha cargado balas contra el fallecido 🙁
Como dice hoy la viñeta de Montt:
– Diablo: «Aquí dice que cada año la Iglesia recauda miles de millones de euros en donaciones»
– Dios: «A mí no me llega nada… Tengo unos intermediarios de mierda»